Junto a Toni Sarrión, alma mater del proyecto Finca El Terrerazo, el pago por excelencia de la bobal y Luis Jiménez, caballero errante defensor de cepas centenarias en el proyecto Cien y Pico, enólogo de amplísima experiencia y conocimientos de la variedad, con permiso de la monastrell, el cepaje más representativo del sureste español, el emblema y sentido de la D.O. Manchuela y la D.O. Utiel-Requena.
Fue un honor compartir cata con semejantes expertos, otra muesca más en el aprendizaje de un apasionado al vino con raíces.
Sin duda los resultados fueron más que satisfactorios, el resultado final tras un largo debate constructivo e intercambio de ideas y percepciones, aunando una visión global de la bobal en su amplia versatilidad de registros y potencial de envejecimiento.
Todo ello lo resumiría como un paseo lleno de gratas sensaciones que alcanza una línea exponencial de crecimiento y cuya meta es el conocimiento de una variedad noble que sin duda llevara al pleno disfrute al que se deje abrazar por sus bondades.
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