CATACALDOS DE LA MANCHA

Como no podía ser de otra manera debíamos estar en un evento como Fenavin y ahora con el estilo que nos caracteriza queremos contaros algunos de los aspectos más importantes que observamos.

Primero de todo reseñar el aspecto más negativo de este gran evento del mundo del vino que se celebra en Ciudad Real, no es otro que el control de acceso a la feria en lo concerniente a la obtención de acreditaciones, en otras grandes ferias de otros sectores que he asistido ofrecían la posibilidad de con la inscripción on-line imprimirte tu propia tarjeta de entrada de modo que al llegar a la feria se evitasen las largas colas que se formaron en la primera jornada de la que nosotros fuimos publico privilegiado. Lo dicho, un detalle a pulir de cara a nuevas ediciones.

Durante la feria la relación comercial de las bodegas con compradores de dispares lugares del planeta conlleva encuentros que por amistosos y festivos no dejan de ser de gran exigencia, las bodegas tienen que mostrar a estos amigos pero sin duda duros negociadores toda su artillería en un escaparate con una oferta de gran amplitud y excelsa calidad.

Personalmente a modo de destellos percibí optimismo y cautela en el sector por partes iguales, está claro que todos saben lo dura que es la competencia y que mantenerse es incluso más difícil que llegar, en estas circunstancias es un bálsamo estar entre esos dos estados de ánimo y no en la más absoluta desazón como se encuentran otros sectores económicos.

De todos modos entre japoneses, alemanes, belgas, nórdicos… parece que hacia fuera incluso con las dificultades comerciales y culturales el flujo es apropiado y vigorizante pero mientras tanto seguimos con nuestro decrepito mercado nacional y claro si esto no cambia un poco es algo así como pan para hoy y hambre para mañana, no porque los españolitos tengamos que bebernos la producción interior sino porque la convicción nos será imprescindible pronto para vender los maravillosos vinos que se producen en esta parte de “nuestra Europa” que algunos norteños diseccionarían a la altura de los pirineos. Se acerca el invierno…esto es solo un suave otoño a lo game of thrones.

Pero cultura se hace hablando de vino sin pedantería y sin “encabronamientos” políticos así que os voy a contar pinceladas de aquellos que me hicieron tilín que a decir verdad fueron muchos gracias a la selección previa que junto al amigo Felipe Pardo hicimos.

Mi primera mención para un manchego, no un manchego cualquiera, uno de éxito, Juan Antonio Ponce pero esta vez no hablando de sus maravillosos bobales que ya toda la península conoce y los que deben salir corriendo a comprarlos sino por su mejor obra Paula, recién nacida hace pocos días y que da nombre a su primer vino de Monastrell, De Paula 2012, brindo por ello y un futuro a pedir de boca.

Mengoba godello sobre lías 2011 apunta a otra gran añada pero necesita unos meses de botella para afinar el gran potencial que atisba, de la bodega Suertes del Marques nombrar cualquiera de sus vinos por encima de otros es un auténtico sacrilegio, Vidonia, 7 fuentes, Candio, El ciruelo, El Esquilón… pura esencia volcánica, mineralidad, arraigo, vinos singulares, vinos sin par.

Interesante también el Albillo 2010 de Díaz Bayo, una de las variedades blancas que más satisfacciones me está dando últimamente, La buena Vid 2009 y La plazuela 2007 de la siempre cercana y cariñosa Margarita Madrigal que además nos descubrió una de las sorpresas de la jornada, los vinos de Venta D’aubert, con especial mención a sus blancos, el Viognier pionero en España así como varios ensamblajes con Garnacha Blanca y Chardonnay pero sin desmerecer a unos tintos donde las variedades francesas se trabajan como difícilmente podremos encontrar en la península, la fuerza del Syrah 2005 sin duda nos dejó ojiplaticos.


En la zona de vinos naturales destacamos los asturianos Dominio del Urogallo con las características variedades de la zona, la garnacha y nuevos vinos dulces de Alfredo Maestro que sigue sorprendiéndonos año tras año, la espontaneidad de Ramón Saavedra reflejada en sus vinos de arraigo granadino y los tremendísimos vinos de Ruiz Villanueva de los que ya os hemos hablado y que sorprenden por originalidad y precio a todos aquellos que lo catan.


De la cariñosa Pilar Ramírez de la Piscina su reserva 2007 está estupendo pero su Gran Reserva 2005 juega en otra liga, es el vino con el que contraatacar a los detractores de los vinos de largas crianzas, una fruta impresionante a todas luces, elegancia, frescura y recorrido. Un vino para maridarlo con una hora para uno mismo.

Para rematar y dejando muchos que se quedan en el tintero no hay mejor manera de rematar un evento así que con cava, en esta ocasión de Vila viniteca L’origan y en particular L’origan brut nature con 47 meses, notas a bollería y burbuja bien integrada así como L’origan rosat brut nature de 60 meses de gran complejidad, madurez y excelsas notas ahumadas.

07 de mayo de 2013