Guzque y ¡ea! Otra noche mágica en Tapería Tribaldos
Hace un tiempo los eventos del vino en Albacete eran tan escasos que resultaba triste dentro de el enclave vitivinícola que nos situamos, rodeado de múltiples y atractivas denominaciones de origen, esta falta de interés y eventos relacionados con el atractivo mundo del vino que cada día a más gente engancha, a día de hoy la apuesta va en aumento pero pese a ello encontrar en una cita los tres factores básicos para el completo disfrute sigue siendo una tarea harto complicada, buenos vinos, buena gente y buen servicio aseguran el éxito de cada evento y la experiencia de Tapería Tribaldos en este tipo de actuaciones resulta la llave del éxito para una buena jornada entorno al vino.
Enumerando estos factores de uno en uno empezaremos hablando de los asistentes, con esa mezcla de profesiones del sector y grandes aficionados que ponen en común su amor por el vino, en un ambiente cordial y distendido que se disfruta tanto en los momentos previos a la cata, durante la misma con los comentarios que ayudan a entender que nos encontramos en cada copa y los porqués como en los corrillos durante la cena que se forman y que van cambiando para poder compartir pareceres con el máximo numero de asistentes.
En estas mismas tres fases del evento, recepción, cata y cena es donde aparece otra de las claves mencionadas, el servicio que Ricardo Tribaldos y su equipo dispensan, con cercanía y profesionalidad, dos aspectos difíciles en ocasiones de equilibrar consiguiéndolo de manera ejemplar. Un entorno bonito, copas, manteles y demás en perfectas condiciones durante la cata para posteriormente dar cuenta en un bonito salón de una cena de pie que permite ese dinamismo en la conversación y aporta un toque informal al evento mientras se degustan excelentes platos que salen de la cocina bien distribuidos en cuanto a cantidad y tiempo, acompañando el tercer factor clave, los vinos que pasamos a contar a continuación quedando finalmente más que satisfecho el apetito gastronomito y social de los asistentes.
Y los grandes protagonistas los vinos Aire de Guzque 2011, ¡ea! 2011, Paso de guzque 2007, Graciano de Guzque 2008 y Graciano de Guzque Selección 2006, la bodega de la familia Ramírez Ludeña y su enólogo Manuel Manzaneque Suárez autor además del nombrado ¡ea! que los seguidores de Catacaldos de la Mancha pero vayamos por orden, tras la introducción del periodista especializado Joaquín Tomás Velasco, Ángel Ramírez y Manuel Manzaneque tomaron el pulso al evento presentándonos sus vinos, empezando por Aire de Guzque 2011 del que en poco mas de un mes tendremos la siguiente añada y del que destacamos el magnifico color que mantiene, la seriedad que le aporta la macabeo a la Sauvignon blanc no resultando “tan tropical”, con una nariz comedida pero bonita y una boca muy conseguida y equilibrada, versátil para el maridaje, este vino ha sido ideado por los responsables de la bodega con el asesoramiento del enólogo Lauren Rosillo.
La cata continuó con la fuerza frutal y sabrosura de la cencibel de Manuel Manzaneque Suárez, ¡ea! 2011, un vino que cada vez gusta más, la botella le esta sentando genial y que merece la pena seguir de cerca para ver como las viejísimas cepas encontradas por el enólogo son capaces de mostrar lo mejor del terreno año tras año con un perfil mineral interesante que hace que no nos quedemos en simples términos como vino “Parkerizado” o bomba frutal llegando más allá. En otro perfil sorprendió lo bien llevado de la longevidad de Paso de guzque 2007, ensamblaje por igual de tempranillo y graciano que con solo pocos meses de barrica ha aguantado el tipo hasta hoy empezando a entreverse lo que nos va a enseñar la variedad graciano en nuestra zona, un vino profundo, amable con notas olfativas y gustativas de evolución al alcance de poquísimos vinos de corta crianza.
Y a partir de aquí la bomba, tremendo acierto de la familia Ramírez Ludeña al apostar por esta variedad, la Graciano en El toboso, corazón de la mancha y cuna de Dulcinea, el propio Ángel Ramírez nos ha comentado como esta variedad tardía de origen riojano y difícil elaboración en forma de monovarietales por las características climáticas en su zona de origen donde menos de la mitad de añadas no son optimas para esta “aventura en solitario” que conlleva un monovarietal de este tipo se invierte en nuestra región, siendo optima la elaboración de estos vinos en más de la mitad de añadas. Ver lo que es capaz de dar hoy un Graciano de Guzque 2008 y el magnifico Graciano de Guzque Selección 2006 nos hace sin duda vislumbrar un gran futuro dentro de la inteligente política que están llevando a cabo resulta un bálsamo de felicidad para los aficionados al buen vino mediante otra nueva vía, vinos con una elevada capacidad de guarda. Estas son nuestras impresiones de sendos vinos. Seleccionado en el cuadro de honor de vinos de la guia semana vitivinicola 2012.
Vino: Graciano de Guzque 2008
Bodega: Pago de Guzque, S.L.
Zona: Vino de la Tierra de Castilla
Variedades: Graciano
Graduación alcohólica: 14%
Elaboración: Criado en barrica de roble francés de segundo año durante 18 meses.
Precio: 15€
Relación calidad-precio: * * * * *
Puntuación: * * * * * 86/100
Nota de cata:
Rojo picota de ribete violáceo, capa alta, muy limpio y brillante.
Nariz de intensidad media-alta a frutillos rojos, marcadas notas a monte bajo, complejo, recuerdos florales (rosa) leves notas proteicas, sutil y femenino en esta fase.
Excelente frescura por su acidez intensa que se marca desde el inicio, algo picante por ello y un marcado carácter salino. Profundo y de paso fácil, su tanino muy pulido y redondeado. Buenos recuerdos a fruta roja, naranja sanguina y levísimos cueros y tostados. Final largo de grato postgusto.
Vino: Graciano de Guzque 2006 Selección
Bodega: Pago de Guzque, S.L.
Zona: Vino de la Tierra de Castilla
Variedades: Graciano
Graduación alcohólica: 14%
Elaboración: Criado en barrica de roble francés de segundo año durante 12 meses.
Precio: 20€
Relación calidad-precio: * * * * *
Puntuación: * * * * * 90/100
Nota de cata:
Rojo cereza de ribete granatoso algo evolucionado. Muy brillante.
Nariz de alta intensidad a frutillos negros muy agradables, cacao puro, terroso, otoñal, atrufado y de carácter mineral.
Entrada fresca, maduro pero en un punto ideal, terroso, complejo, tanino muy pulido y agradable. Algo licoroso, muy ancho y sabroso, cueros elegantes en esta fase, fantástica evolución del vino, la acidez apropiada, final de gran longitud y clase.
Sin duda vinos para no perdérselos.
18 de Octubre de 2012
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