Diario de un Viaje Indovidable Parte I -Ronda-

A la hora de elegir el destino de un viaje para una ocasión especial donde poder combinar componentes turísticos, visitar lugares con encanto, pasión y disfrute enológico no dudemos en planificar nuestra ruta buscando el calorcito andaluz, la primera parada fue en la preciosa localidad malagueña de Ronda, un paseo por sus calles llenas de luz, arte, magia e historia, forman parte de esa listas de cosas por hacer alguna vez en esta vida. Sus gentes tienen esa mezcla tan especial de factores humanos, por un lado el carácter extrovertido tan propio del sur y a ello unen nobleza, cercanía y gran hospitalidad para con sus visitantes.

Ronda descansa sobre su famoso e impresionante tajo, el Tajo de Ronda no pasa inadvertido, todo aquel que observa el desfiladero desde la cima emite un sonido de exclamación. Verlo desde abajo nos permite disfrutar aún más de la bonita estampa.

Desde sus esplendidos miradores podemos visualizar sus amplios campos, trabajados y bien cuidados, uno de ellos es el “Mirador de Los Viajeros Románticos” el cual nos dirige la mirada hacia las hermosas sierras, entre ellas las del parque natural sierra de Grazalema esta serranía de Ronda está llena de mitos y leyendas sobre bandoleros. En nuestras pupilas quedan grabados los más bellos paisajes que la naturaleza nos puede ofrecer.


Un paseo por la Alameda del Tajo donde nos recibe una preciosa dama Goyesca nos hace esbozar una sonrisa de oreja a oreja, sintiendo la plenitud del aire limpio y puro haciéndose paso entre nuestros pulmones ensanchándonos en cuerpo y alma.

El monumento más característico es El Puente Nuevo, sobre la “garganta de Ronda” une la ciudad a través del desfiladero enlazando así la parte antigua con la parte moderna de la ciudad, el rio Guadalevin se abre paso entre el, desde sus entrañas un viaje virtual por la historia de Ronda nos hace teletransportarnos a tiempos pasados y conocer mejor la cultura Rondeña, sus gentes y costumbres.


La oferta turística es amplia y con innumerables actividades de ocio y monumentos, también destaca su riqueza gastronómica con platos típicos como calderetas, rabo de toro, pestiños o yemas del tajo, platos siempre aderezados con la gratitud de quien te los ofrece y sus vinos procedentes de una zona vitivinícola relativamente joven con el formato  actual pero con el gran bagaje histórico y personalidad propia.

Elegimos visitar dos de las dieciséis bodegas pertenecientes a la ruta de vinos de la Serranía de Ronda ambas con varios nexos de unión, primero la búsqueda de calidades máximas con un trabajo basado en el viñedo, segundo una pasión llevada al extremo por el mundo del vino y su cultura por parte de sus elaboradores y tercero un enólogo común para bodegas Lunares de Ronda y bodega Descalzos Viejos, hablamos de Vicente Inat.

En la bodega de la familia Morales, Pedro nos atendió mostrándonos esa pasión que le desborda cuando habla de viñedos, vinos y filosofía de vida, mucho más que una bodega. En Lunares de Ronda cuidan y respetan el viñedo, su terruño… sus raíces profundas.

Hablamos largo y tendido de la Tintilla de Rota, la virosis y la graciano, de cómo las DO a veces representan y otras veces solamente  “acogen” echándose en falta un apoyo más efectivo que efectista. Además pudimos probar sus vinos donde huye de barricas nuevas, levaduras seleccionadas y en definitiva de esos vinos que son de todos los sitios y al mismo tiempo de ninguno.

En Lunares blanco encontramos trabajo con lías y personalidad rompiendo con la ola comercial que inunda el mercado actual, en Lunares rosado nos sorprende por su alma de tinto y tanto en Lunares tinto como en Alto Cielo encontramos esa idea de búsqueda incesante de la franqueza en el vino, uvas y suelo, vinos para “beber” que cada día cuestan más de encontrar.

 Tuvo la gran generosidad de querer compartir con nosotros una copita de un vino que elabora de forma altruista con una auténtica joya rescatada como es la variedad perruna, antiguo cepaje autóctono de la zona. Nunca antes habíamos tenido la oportunidad de probar esa variedad y nos encantó. Nos sentimos unos auténticos afortunados.


A continuación visitamos una bodega llena de historia y es que es todo un privilegio su ubicación en un convento trinitario del S. XVI con vistas al tajo de Ronda, un trozo de cielo posado en la tierra, antiguamente utilizado como retiro espiritual para los monjes de la orden de Los Descalzos cuando entraban en edades avanzadas, de ahí el nombre de Descalzos Viejos, y que en la actualidad está instalada esta preciosa bodega que consta de una sala de barricas única por su belleza ante un altar donde restos de algunos oleos contemplan descansar sus vinos.

Disfrutan de un microclima único donde frutos tropicales son capaces de aguantar duros inviernos, un simpatiquísimo Kumquat o naranjo chico dicho en Andaluz que desprendía una fragancia digna de los mejores perfumes, nos hizo deleitar todos nuestros sentidos y sorprendernos aún más si cabía de los regalos que nos ofrece la naturaleza. Nos recibieron Paco y Flavio sus propietarios, y posteriormente disfrutamos de una larga jornada junto a Vicente Inat charlando y conociendo de primera mano los maravillosos vinos que elabora, estábamos tan a gusto que llegamos hasta el atardecer donde pudimos disfrutar la puesta de sol catando en la gloria.


En resumen encontramos una apuesta en la que suman a la garnacha y graciano las variedades foráneas que seguro a todos os están viniendo a la mente, en el recorrido de catas por la bodega encontramos ejemplos de elaboraciones donde se diferencia con claridad los tipos de suelos, calizos en sus mayoría pero siempre plenos de mineralidad incluso en los casos arcillosos. También nos sorprendió la evolución de la chardonnay con una añada vieja nos demostró que son vinos con recorrido y en el no pierden su personalidad diferenciadora.

Después nos dispusimos a coger nuestra maleta llena de sueños, cargada de experiencias increíbles y con el millar de sonrisas de cada persona que nos abrió sus puertas y nos dirigimos al templo de los templos: El marco de Jerez.

En la próxima entrega os hablaremos de como Jerez y sus bodegas nos embaucaron.

0 Response to "Diario de un Viaje Indovidable Parte I -Ronda-"

Publicar un comentario