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Diario de un viaje inolvidable Parte III – Sanlúcar y El Puerto

El duende y la luz que desprende Sanlúcar de Barrameda hace que nuestro viaje por el Marco de Jerez siga siendo un auténtico sueño hecho realidad, nos paramos a vivir sin estrés por un momento, observando los destellos de las aguas de la desembocadura del rio Guadalquivir y perdiendo la vista en el horizonte donde observamos ensimismados a lo lejos el parque natural de Doñana.   

Famosa ciudad donde se celebran las conocidas carreras de caballos por tan lindas playas gaditanas pero no menos famosa por su grandiosa joya: la manzanilla. Como bien dicen unas escrituras de Manuel Machado plasmadas en una de las calles de la ciudad….

“La manzanilla es mi vino porque es alegre y es buena,
Y porque amable sirena,
Su canto encanta el camino.
Es un poema divino,
Que en la sal y el sol se baña,
La medula de una caña,
Más grata que la de azúcar.
¡El color que da Sanlúcar a la bandera de España!”



Vino único a nivel mundial y exclusivo de esta localidad que data de finales del S. XVIII y principios del S. XIX, según algunos rumores respecto a la historia de estos vinos cuentan que el nombre viene dado por un pueblo perteneciente a Huelva llamado Manzanilla. En aquella época procedían a mandar sus vinos de “baja calidad” hacia Sanlúcar para que allí posteriormente los criaran y de esta manera comercializarlos en Indias, ya que el recorrido era más corto que el de enviarlos para Sevilla, convirtiéndose así producto de Sanlúcar y obteniendo el mérito de elaborar tan estupendo vino.

El clima de la zona y la ubicación de la ciudad hacen posible que se elaboren estos vinos tan peculiares mediante la crianza biológica del velo en flor, este velo son unas levaduras autóctonas de la zona. Es llamado velo porque tapa al vino protegiéndolo de la luz y el aire, el sobrenombre de flor es dado a que estas levaduras van floreciendo, es decir, están vivas y en continua actuación con el vino.



Para hacer posible el velo en flor se necesita una alta humedad de ahí la influencia y magistral aportación de los vientos del Océano Atlántico, conservar temperaturas medias y que el vino este a 15º, el velo que se forma es una capa uniforme de color blanquecino. Los microorganismos que lo forman consumen glicerina de ahí luego procede su carácter seco, hacen reducir la acidez volátil, van alimentándose también de alcohol, oxígeno disuelto en el vino y azucares no trasformados. Por otro lado son los responsables de los acetaldehídos que aportan matices aromáticos. Como anécdota comentaros que tuvimos la suerte de poder probar el velo y hemos de decir que tenía un sabor que recordaba a cereal.



Actualmente la Manzanilla – Sanlúcar de Barrameda es una DO exclusiva que recientemente celebro su 50 aniversario, aunque está incluida geográficamente dentro de la DO Jerez-Xérèz-Sherry por factores clave como la influencia de los vientos con un levante menos agresivo y un poniente que aporta humedad nocturna de ahí la importantísima ubicación de las bodegas en función de los mismos y de si hablamos del barrio alto o el barrio bajo, la orientación de los viñedos, la retención de agua que facilita esa albariza procedente del antiguo lago Ligustino que ocupaba la zona, la madurez por reflejos que aporta este suelo blanco, donde la viña, en Vara y pulgar produce sorprendentes volúmenes en esas calidades.

La primera bodega Sanluqueña que visitamos fue Delgado Zuleta, cargada de historia y anécdotas de la mano de Nuria. Bodega familiar desde 1744 originalmente fundada por D. Francisco Gil de Ledesma y Sotomayor, Caballero de la Orden de Calatrava, regidor perpetuo, cargador de indias y alcalde honorario de Sanlúcar. En el S. XIX la bodega siguió con los nombres de los sucesores del fundador pero a finales de 1870 el enlace matrimonial de la hija del heredero con un marino de guerra llamado José Delgado Zuleta, cambio el rumbo del nombre de la bodega, ya que este abandono su carrera como militar para hacerse frente a la misma, la cual puso su nombre. Fue proveedor de la Casa real en el reinado de D. Alfonso XIII y la reina Victoria Eugenia. Tras su muerte siguió su hijo al frente de la bodega y así en línea sucesora.



En 1978 la bodega fue fusionada con otra bodega de la zona llamada Rodríguez-La Cave pero mantuvieron el nombre originario de Delgado Zuleta, los vinos Manzanilla Barbiana y el amontillado Quo-Vadis son marcas conocidas de la bodega que se fusiono.
En la boda de los actuales reyes de España uno de los vinos que tomaron los comensales fue manzanilla La Goya, bautizada con ese nombre por una bailaora de 1918, y elegida a ciegas por el comité de cata del consejo regulador para la conmemoración del segundo bicentenario de La Constitución,  así que podemos decir que siguen haciendo historia. Entre sus productos estrella encontramos Goya XL, una manzanilla que procede de una saca seleccionada de muchos años de crianza, es fabulosa, larga y persistente.




Comercialmente también tienen la línea Monteagudo debe su nombre a un importante pago compuesta por un amontillado, oloroso, PX, cream y moscatel y la línea Zuleta que la compone una manzanilla, amontillado, oloroso, médium, moscatel, PX y cream.

Destacamos en esta bodega sus manzanillas pero no sería justo olvidar el increíble trabajo que realizan con la Moscatel típicamente procedente de zona de barros y arenas, de Chipiona más concretamente y sus Pedro Ximenez de gran finura.

Como no podía ser menos fuimos a Bodegas Hidalgo “La Gitana” de la mano del entrañable Rafael de La Cruz que nos enseñó cada rincón de la bodega con gran amabilidad y simpatía. Fundada en 1792 van ya por la quinta generación, el fundador D. José Pantaleón Hidalgo, le compro la bodega a su suegro, en aquella época era una modesta bodega de almacenado y el nuevo dueño junto a sus herederos hicieron la gran bodega que es hoy en día, actualmente tienen viñedos propios sitos en los Pagos de Balbaina y Miraflores.



Bodegas centenarias como San Fermín o coloquialmente el Parvulario donde entra el vino nuevo, San Roque que por ser las más calurosa se lleva el prestigio de acoger un brandy Fabuloso con más de 40 años o San Luis llenas de botas de manzanillas La Gitana y Pastrana, oloroso Faraón, amontillado Napoleón, Pedro Ximenez Triana, cream Alameda y moscatel Hidalgo. En una de ellas también realizan trabajos de tonelería para ir reparando y mejorando las botas cuidándolas con sumo mimo. Otra de las bodegas contiene botas dedicadas por personajes ilustres, artistas, etc. Coloquialmente y con el gran sentido del humor característico de los Sanluqueños llaman “geriátrico” a la bodega donde descansan reposando sus vinos top, los vinos más viejos de la bodega. En línea VOS con 20 años encontramos Palo Cortado Wellington y en línea VORS con 30 años están el amontillado viejo Napoleón, oloroso viejo Faraón, palo cortado viejo Wellington, PX viejo Triana y un oloroso viejo de 1986.



Cuando La Gitana es la bandera, La Gitana en Rama y Pastrana maravillan con la pureza del velo y el equilibrio perfecto resulta imprescindible dejarse mecer por su gama de vinos de más solera, difícil quedarse con alguno pero en la tesitura de mojarse he sido reclutado por el faraón (oloroso viejo) cual arquero nubio.

Después de tan magnificas visitas nos dispusimos a ir a comer, sin duda, al mejor lugar de toda la comarca, hablamos de Taberna Der Guerrita dirigida por Armando Guerra un visionario y apasionado del mundo del vino con amplísimos conocimientos y que transmite una energía inagotable. Ha sabido fusionar a la perfección la buena cocina tradicional con base de productos de la zona de alta calidad con excelentes vinos. Consta de una enoteca con diversas referencias y sala de cata ya que Armando suele programarlas. Personalidades de la talla de Luis Gutiérrez, Quim Vila, Jordi Melendo…se han dado paso por tan fantástico lugar. Nos descubrió el palo cortado de añada Encrucijado, disfrutamos los excelentes vinos seleccionados por el padre de Armando, Ovni 2012, Barbiana en Magnum y un 1 palma de González Byass entre otras delicias como mi reciente descubierta “morenita” Moscatel y manzanilla que recuerdan a un cream pero ligero, mas floral y salino.



Al día siguiente y como colofón a nuestro viaje y con gran carga emocional nos dirigimos al Puerto de Sta. María, cuna de ilustres personajes como Rafael Alberti o Pedro Muñoz Seca, es una ciudad pequeña y tranquila pero con una gran carga histórica a nivel mundial. Fue residencia de Cristóbal Colon y sus calles testigos de la preparación del viaje al Nuevo Mundo, allí se construyó la Sta. María y fue punto de salida para el descubrimiento de América.

En el S. XVII durante la guerra de la Independencia bajo el reinado de José Bonaparte (hermano de Napoleón) la ciudad se convirtió en cuartel general de las tropas y en el siglo XIX salió de esta ciudad parte de la Carta Magna de 1812.

Durante toda la historia El Puerto de Sta. María ha tenido gran papel importante y ha sido lugar de encuentro entre navieros y mercantiles, de esta forma sede de importantes transacciones comerciales, entre ellas la de mercadear con los vinos del Marco de Jerez que recorrerían medio mundo.
Elegimos para visitar la bodega Gutiérrez Colosia con una inmejorable ubicación sita a las orillas del rio Guadalete, la bodega fue fundada en 1838, en aquella época vendían su producción a otras bodegas pero es en 1998 cuando crean su propia marca. Nos recibió Carmen con un trato exquisito y con la cual mantuvimos una charla amena, fructífera y enriquecedora. Bodega familiar con una excelente filosofía, la cual, la savia nueva y la innovación dan paso a la frescura de la nueva generación, es una bodega preciosa con medios arcos y ventanales grandes cargada de botas con riquísimos vinos.



Elaboran con la línea Colosia: fino, oloroso, cream, amontillado, Pedro Ximenez, moscatel soleado y palo cortado, en otra línea elaboran vinagres, cream Mari Pepa, Oloroso Sangre y Trabajadero y Fino Campo de Guia, además de dos brandies Juan Sebastián Elcano y Amerigo Vespucci.

En su línea encuentro una lucha por mantener la esencia de las tradiciones y la personalidad propia de los vinos del puerto, que no están a mitad de camino entre los de Jerez y Sanlúcar sino que son una categoría propia que reivindican con acierto. Prendado quede del Amontillado Solera Familiar, pero es que su hermano pequeño recoge una esencia tremenda en un precio más ajustado imposible.
También interesante en sus finos como se entremezcla la elegante salinidad yodada con una untuosidad delirante, su moscatel soleado resulta sencillamente un primor de frescura y expresividad, el Oloroso Solera Familiar te da mil matices en un nivel seco-seco pero el privilegio de comparar su Palo Cortado Solera Familiar de botella con el de bota es un lujo con el que Carmen nos agasajó, en botella te enamora, en bota te posee, eres suyo por la eternidad, estas a su merced. Ríndete y disfruta.



El tiempo voló, necesitábamos no decaer ni un ápice del estado de éxtasis alcanzado así que tuvimos que hacer caso a nuestros excelentes consejeros sin los que este viaje nunca hubiera sido igual ni parecido, nos acercamos a El Arriate, apenas al volver la esquina de la bodega y deleitarnos, nos dejamos ir y Eva nos sorprendió con los siguientes platos maridados al completo con vinos del marco:

  • Croquemoles con salsa agridulce
  • Paté de ave con ajoblanco, ajonegro y ajoquemao
  • Carpaccio de calamar de potera y gambas con su tinta y sus corales
  • Raviolis de galeras con alboronía y su jugo
  • Pulpo y patatas asados al chefchurri
  • Picaña ahumada con crema de maíz, frutos rojos picantes y ajocate
  • Paulova de frutas del bosque y crema inglesa
  • Pasta filo con milhoja de manzana, crema inglesa, canela y regaliz


Sin duda un viaje inolvidable, lugares para volver...seguro que repetiremos

Diario de un Viaje Inolvidable Parte II -Jerez-

En tierras gaditanas está una de las mayores joyas para los buenos amantes del vino nos referimos como no podía ser de otra manera al Marco de Jerez, la primera parada dentro de nuestro viaje fue en Jerez de la Frontera, sinónimo de arte, embrujo, pasión, felicidad…tierra del flamenco donde el recuerdo de un “zapateao” al son de una guitarra española eriza mi piel y el sentir del cante me hace estremecer.

Jerez es versátil y para todos los gustos puesto que allí está ubicada la Real Escuela Andaluza de Arte Ecuestre donde se encuentran caballos de razas como Pura Sangre Española o Caballo Andaluz, Cartujana o Jerezano para los amantes de la hípica y como dice un eslogan publicitario tierra de motos, donde se da lugar el evento motero del Gran Premio de España de Motociclismo donde cada año se desplazan al Circuito de Jerez miles de personas.

A nivel enológico y para los amantes del vino es el templo de los templos, los vinos de Jerez son únicos en el mundo y poseen unas características organolépticas identificativas, estos vinos sublimes son más apreciados, elogiados y a la vez envidiados fuera de nuestras fronteras, han viajado por todo el globo terráqueo siendo nuestro mejor embajador. Como bien decía Alexander Fleming: “Si la penicilina cura las enfermedades el Jerez resucita los muertos”. Bodegas centenarias a pie de calle llenas de botas de vinos finos, amontillados, olorosos, palo cortado, cream, Pedro Ximenez, emblemáticos destilados y vinagres de Jerez hacen que la historia se palpe en el ambiente de la ciudad, los lugareños tienen una gran cultura fomentada por la cantidad de Tabancos que podemos encontrar para disfrutar de tal exquisitez gozando de una copita recién servida rebosante de esencia y tradición.



Sus campos con tierras albarizas, cepas de Palomino y PX, estas últimas sometidas a un “Asoleo” que consiste en deshidratar las uvas extendidas al sol para la luego hacer los tan deliciosos PX y Cream. Elaboran sus vinos con el tradicional sistema de Criaderas y Soleras como procedimiento dinámico de envejecimiento, disponen las botas en hileras de diferentes alturas las de abajo son soleras y contienen el vino más envejecido a partir de ahí hacia arriba se van formando las criaderas para luego ir trasegando el vino y proceder a su posterior embotellado en rama. Hace unos años el consejo regulador de la denominación de origen Jerez-Xérèz-Sherry creo dos categorías especiales de vinos de Jerez con vejez calificada a través de las siglas VORS (Very old rare Sherry) estos vinos tienen una media de envejecimiento de más de 30 años y VOS (Very old Sherry) y en este caso la media de envejecimiento es de más de 20 años. En algunas etiquetas de los vinos que os vamos a mostrar las observareis.



Visitamos Bodegas Tradición a través de la encantadora Ana Conde y de la mano de Sabrina Melcher que nos enseñó con mimo cada rincón de la bodega, la cual fue fundada en la última década del S. XX más concretamente en el año 1650, tienen una producción limitada donde todo el proceso de embotellado de sus botellas, todas numeradas, se realiza de manera manual. Posee la bodega un tesoro único, una pinacoteca con obras de Velazquez y Goya entre otros, es una de las colecciones privadas de pintura más importantes del país. Allí catamos su amontillado, Oloroso, Palo Cortado, Pedro Ximenez y los brandies Gran Reserva y Platinum Solera gran Reserva. En toda su gama buscan la franqueza de los vinos de Jerez.



Difícil para cualquiera quedarse solo con uno de ellos, así que nombraré esos 2 que más me tocaron la fibra, su Amontillado Tradición VORS con una edad media de 45 años mostraba la salinidad de manera elegante e integrada, meciéndose en una especie de baile eterno con las notas de frutos secos. También excepcional su Pedro Ximenez Tradición que muestra que la fuerza no solo se muestra dejando de lado a la elegancia, café, cacao, regaliz negro, tabaco, caramelo, cascar de naranja entran a tu boca sin pesadez pero con untuosidad y expresividad. No obstante como indicamos escoger su Oloroso Tradición con aromas a tabaco y frutos secos o su Palo Cortado Tradición por su avellana y notas de pastelería ofrecen siempre la misma garantía de calidad y dejarse acariciar por sus brandys forma parte de una experiencia sin parangón.



Estando en Jerez no podíamos de dejar de visitar Bodegas Gonzalez Byass-Tio Pepe para ver al majestuoso y más afamado de los tíos “El Tio Pepe”, gracias al inefable Juanma Terceño y de la mano de una gran profesional como es Maribel, la cual, nos guio con una trato exquisito por las amplísimas instalaciones. Es una de las bodegas más importantes de todo el territorio nacional firma reconocida internacionalmente que ha sabido conservar el espíritu emprendedor de sus antepasados generación tras generación basándose en la constancia en el trabajo, nombre de una de las bodegas del complejo e inspiradora de su bodega ubicada en Otero (Toledo).



Un paseo por sus bodegas es ese tipo de vivencias y experiencias inolvidables para los amantes del vino. Los Apóstoles de 1857 con su majestuoso Cristo, 16,500 litros equivalente a 33 botas rodeado de los apóstoles preciosas botas grabadas y situadas como en La Santa Cena de Leonardo Da Vinci con la sustitución de Judas Iscariote por Matías. Los Reyes con botas firmadas a tiza por distintas casas reales y personalidades a nivel tanto nacional como internacional. La Real Bodega de la Concha de 1869 diseñada por Gustav Eiffel y dedicada a la reina Isabel II con sus 214 botas de Amontillado La Concha identificadas con la bandera del país donde podremos disfrutar de una copita de nuestro tío mas viajero e internacional. Los Gigantes de estilo más moderno pero no por ello menos majestuosa, La gran bodega de Tío Pepe, La Cuadrada, La Constancia con 175 botas en honor al 175 aniversario de la bodega, la bodega de destilados junto a la veleta más grande del mundo según el record Guiness, el cuarto de muestra impasible al tiempo desde 1887.



Aun es conservada intacta la sala de pruebas del señor Pepe donde se refugiaba a hacer sus “experimentos” y la puerta por la cual en aquella época daba paso a sus amistades para disfrutar de sus vinos en compañía, en la imagen superior se puede observar el sistema de candioteras utilizado antes del actualmente empleado sistema de solera y criaderas.



Una de las anécdotas más significativas es la de que en aquella época era tal la magnitud de trabajo que tuvieron que comprar las calles que cruzaban las instalaciones de la bodega al ayuntamiento para poder trabajar y trasladar adecuadamente las botas entre las instalaciones sin los obstáculos de los transeúntes, hoy en día una de esas calles llamada Calle Ciegos está considerada como una de las calles más bonitas del mundo.



Además de Tío Pepe y Viña AB probamos la gama VORS a saber Del Duque (Amontillado) con su señorial elegancia, verticalidad y esencia de flor, Apóstoles (Palo Cortado) que se proyecta en tu boca de manera exponencial desde su entrada con una complejidad majestuosa, Matusalén (Oloroso) con ese punto salino y fresco que hace que una copa te lleve de la mano hasta la siguiente y Noé (PX) con su volumen, amabilidad y longitud magnánima.



Finalizamos nuestras visitas por Jerez en Bodega Fernando de Castilla situada en pleno casco antiguo de Jerez gracias al acertado consejo de nuestro buen amigo Guillermo MDV autor del blog Y de vinos, qué...?. Nos recibió Fernando Romero con gran cordialidad mostrándonos un recorrido minucioso y detallado por toda la bodega, a golpe de venencia, de bota en bota mostrándonos todo el proceso, sus bondades y diferencias. Su objetivo es elaborar de vinos de Jerez, Brandies y Vinagres de manera artesanal y limitada. Pura filosofía.



La gama Classic aporta un valor añadido por calidad y precio pero su gama Antique requiere un detenimiento especial, en cada vino percibimos esos tiempos pausados del Jerez de antaño, embotellados directamente de la bota para mantener su pureza. El fino Antique parada obligatoria a todo venerador del Jerez más intenso, procedente de Pago Balbaina 9 años de espera para un “fino amontillado” sin igual, el estilo que Jan Pettersen quiso recuperar, inenarrable. Destacar aquí también su Oloroso Antique por ese carácter muy muy seco, la versión de oloroso que siempre me atrae más, su Amontillado y Palo Cortado Antique muestran la integración de esas largas crianzas biológicas sobre una oxidativas muy elegantes en matices y para el PX Antique volvemos a ese estilo de PX que te sorprende por su desparpajo en boca pese a los 399 gramos de azúcar por litro. Pasar por alto sus brandies sería un error imperdonable, integración máxima del alcohol con matices embaucadores, tampoco se les paso por alto al Equipo Navazos con esa bota nº 43.



En el siguiente artículo seguiremos por el Marco de Jerez más concretamente por Sanlúcar de Barrameda y El Puerto de Sta. María.

Tío Pepe en Rama, la esencia del fino.

Llega la primavera y llega Tío Pepe en Rama, inspirado en los días en que el fino se consumía directo de la bota. Qué gran privilegio el del que puede abrir la bota y deleitarse con un fino en estado puro, natural, delicado, con la flor en su mejor momento, sin filtrar ni clarificar... una curiosidad y un privilegio para el amante de estos vinos generosos y para el que no lo es tanto también, porque bien servido y bien maridado engancha y enamora  a cualquiera, más todavía en esta época del año. Como siempre que hablamos del Marco de Jerez os queremos recordar la singularidad, calidad, y gran relación calidad-precio de estos vinos y lo denostados y poco valorados que están en España. Os animamos a que los probéis e investiguéis sin prejuicios y sin complejos. Seguro que os lleváis muchas sorpresas.

Tres años lleva ya González Byass embotellando esta joya en primavera para que podamos disfrutarla en casa, una selección limitada de las mejores botas en el mejor momento de "la flor". Si en el año 2012 se embotellaron 900 botellas de las cuatro soleras de fino más antiguas de González Byass, conocidas como "La botas del gran olor", en esta ocasión se ha optado por las dos soleras fundacionales; Tío Pepe Rebollo y Tío Pepe Constancia.

Como se recomienda en la etiqueta trasera de la botella y para que podamos apreciar plenamente la crianza biológica en todo su esplendor, es preferible consumirlo durante los tres meses siguientes a su embotellado.

En la cata que realizamos pudimos compararlo con su compañero filtrado y clarificado, el vino fino Tío Pepe. Las diferencias son evidentes en las tres fases de la cata. En la fase visual encontramos tonos dorados en el Tío Pepe en Rama, mientras que en su compañero se notan unos tonos pálidos verdosos producto del tratamiento recibido. En nariz, el extraido directo de la bota, es más intenso y complejo y en boca sucede algo similar, percibimos más complejidad, más amargor, más densidad y más longitud. En definitiva, se nota bastante la selección de botas y el tratamiento de filtración y clarificación.

Vino: Tío Pepe Fino en Rama. Saca de primavera de 2013 (08/04/13)
Bodega: González Byass
Zona: D.O. Jerez
Variedades: Palomino fino
Elaboración: Su crianza se desarrolla bajo una capa de levaduras "la flor", que nace de manera espontánea y que interactúa con el vino durante su crianza de un mínimo de 5 años en la quietud de la bodega. La edición 2013 es una selección de las mejores botas de dos soleras históricas: Tío Pepe Constancia y Tío Pepe Rebollo, ubicadas en el núcleo fundacional de nuestra bodega.
Graduación alcohólica: 15%
Precio: 11,95€
Relación calidad precio: * * * * *
Puntuación: * * * * * 92/100

Nota de cata:
Amarillo dorado brillante con buena densidad. Nariz intensa, con matices diversos, es frutal y floral en su inicio, manzana, cítricos y clavel. Continúa con recuerdos a frutos secos, maderas envinadas, pastelería y un punto salino. Boca con buena trama desde el ataque, suave pero más untuosa de lo normal, seca, punzante y con elegantes tonos amargos. Cítrico, salino, maderas, frutos secos y velo de flor que nos acompañan hasta un final muy largo.

24 de abril de 2013.

Palo Cortado Monteagvdo

Vino: Palo Cortado Monteagvdo
Bodega: Delgado Zuleta, S.A.
Zona: D.O. Jerez 
Variedades: Palomino fino.
Graduación alcohólica: 19%
Elaboración: Proceso de crianza biológica en sus inicios, aunque menos que el Amontillado, para pasar luego a crianza oxidativa. Con unos 10-12 años de crianza en total mediante el sistema de Soleras y Criaderas en botas de roble americano.
Precio: 10 €
Relación calidad-precio: * * * * * 
Puntuación: * * * * *   91/100



Nota de cata:

Color ámbar no muy intenso pero de brillantísimos reflejos cobrizos y lagrima de gran finura pero abundante.

Nariz muy intensa con recuerdos a caramelo, pasas, salino (sin ser en esta fase donde destaca en este aspecto), algún recuerdo a cola de carpintero, almendras garrapiñadas y con un poco de tiempo se impone con gran fuerza y nitidez los recuerdos avellanados con un fondo algo amielado.

Entrada intensa, punzante y fresca, elegante y redondo su retrogusto es muy salino y avellanado, con maderas suaves y leves aldehídicos, junto con un fondo a mantequilla. Profundo, con volumen y cremosidad, final muy largo y agradable.

Un básico indispensable con una nariz mas cercana al oloroso mientras que en boca se arrima al amontillado, especial en su fase final y postgusto.

Manzanilla Fina Barón

Vino: Manzanilla Fina Barón  
Bodega: Bodegas Barón, S.A. (Sanlúcar de Barrameda) 
Zona: D.O. Jerez y Manzanilla - Sanlúcar de Barrameda  
Variedades: Palomino fino. 
Graduación alcohólica: 15% 
Elaboración: Criada según el método tradicional de criaderas y soleras con un tiempo medio de crianza de 5 años . 
Precio: 2.60 € en bodega -  3 € en tienda 
Relación calidad-precio:  * * * * * (Su RCP merece mención especial, sencillamente insuperable) 
Puntuación: * * * * * 84/100



Nota de cata:

Presentación tradicional de la zona, botella jerezana oscura, etiqueta en tonos dorados y rojos sobre fondo blanco, se hecha en falta un cambio de look buscando un mayor atractivo y modernidad como el llevado a cabo en la manzanilla pasada de esta misma bodega y que a catacaldos de la mancha nos tiene tan enamorados.

Amarillo oro pálido de gran brillo, impecable en esta fase que nos invita a pasar rápidamente a la siguiente.

En nariz encontramos una buena intensidad de recuerdos almendrados y salinos, un toque de manzana asada que percibimos también en su hermana Manzanilla pasada Barón, algas, ligeras notas de oxidación agradables e integradas en un conjunto complejo. Más adelante nos enseña la bodega, huele a el lugar de su elaboración, una tradicional bodega jerezana repleta de botas, con un fondo de flores de manzanilla secas y un leve toque a mantequilla y panadería.

Fresco, de excelente ataque, sensación algo abocada típica por la baja acidez de este perfil de vinos, en el recorrido resulta menos salino pero a final de boca nos deja gratísimos recuerdos marineros, algas y mar. Un puntito mineral casi férrico, acaricia la boca con su ligera untuosidad y redondez que nos trae de nuevo recuerdos almendrados acompañando a los recuerdos al velo en flor para un final bastante largo y muy agradable.

Ideal para adentrarse en un aperitivo y dejarse llevar por su armonía, sutileza y frescor, donde cada trago te transmite la magia de la tierra que lo vio nacer, sus bodegas y su mar.



17 de diciembre de 2011